martes, 30 de junio de 2015

Uno de los cuatro



Guardo en botella agua de mar.
Y en un frasco de cristal,
tengo arena.
 
Absurda melancolía
cuando los coloco ante mi.
 
La idea de retener lo libre,
oscura hiel.
El miedo que mata al hombre,
ignorancia temblorosa.
 
Saudade, estás próxima.
 
Múdate en cuanto puedas
al número que quede libre
en la calle paralela.
 
Y déjame tu sombrero negro.
 
O a ese banco en el parque,
y dame una cita, romperemos.
 
No quiero que hagas nido aquí,
aunque te ame.
 
 
Melancolía. Edward Munch.
 




viernes, 26 de junio de 2015

Eter

Tu cota de malla frente
a mi cuota de estrellas.
 
Se está acabando ya el ascenso.
 
El punto álgido no es el mas alto,
es el más frío.
 
Por eso
 
Para las heladas del ansia
no hay defensa
ni abrigo.
 
Para el invierno de los sueños en primavera,
no valen los soles.
 
Ni pentagrama de luz,
los elementos.
Eterna lucha de los opuestos.


Mi akasha.



Imagen de internet
 




sábado, 13 de junio de 2015

Casi mil grados



Hipatia desgajada.
Alma, corazón,
tu recuerdo y Gaia.


Florece por tercera vez
mi verbena.


Y esa antigua melancolía
como loba de mil dientes
que no tiene leche,
devora.
Madre salvaje,
suéltame.
Quiero volver.


Ritos de fuego.
Una sola vela.
La que no encendí.


Tres kilos de ceniza y
cuatro diamantes.



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martes, 2 de junio de 2015

Serendipia



Nunca he creído en las casualidades, ni en las coincidencias.

Pero que alucinante es ver como cualquier forma de vida puede estar conectada, menos nosotros, los humanos. 

Me hace  pensar que algo fundamental nos falta como seres vivos. Nos destruimos entre nosotros, nos autodestruímos sin un ápice de remordimiento.

Entonces aparecen personas con las que conectas de manera especial y sin saber el porqué, verdad?

Sin afán nos encontramos un día, puede ser que buscáramos raíces a las que aferrarnos, aires nuevos que respirar, nuevas hojas, volver a la vida...creo que era yo. Tu ya estabas.

Hoy junto un poco de todo para ti. En mis recuerdos te vas a recordar. No todos son de los demás, porque ya hay un poco de tu yo en mi, para que sepas dónde buscar.

No te ha vencido la muerte. Los demás, de ti, hemos ganado vida.

Mónica, tu sabes que Dios y yo llevamos mucho tiempo peleados. Por eso no le voy a pedir nada para ti. Pero si a la Madre Tierra, para que te abrace como solo tu te mereces. Estas en la raíz de las cosas ya, en lo importante que sostiene todo y que no se ve. En la magia del cosmos, como decías tu.

Te quiero cabrona de mi alma.

Re-cordis.



El árbol de la vida.
Imagen de internet.