jueves, 12 de marzo de 2015

Hoguera


Aquel beso ceniciento
la durmió esa noche,
después de arder
en ascuas.


Ciega.

Demasiado tiempo
despierta en su sueño,
solo quedaba rescoldo
amargo, medio apagado.


Sordo.

Y fueron volando buitres
vestidos de gaviota de tierra,
sin olor a romero ni mar
planeando risueños su festín.


Mudos.
Imagen de internet
 

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